Casi cualquier persona ha preguntado alguna vez, ¿Cómo hacerse rico? Pero pocas personas se interesan por esta cuestión. Para hacerte rico, primero debes ser disciplinado en el ahorro y en la reducción de los gastos innecesarios. Este es el primer paso para crear una riqueza sostenible. Aquí tienes 10 consejos prácticos para responder a la pregunta: «¿Cómo puedo hacerme rico?».
Consejo nº 1: Simplifica tus finanzas
Te dejo por aquí una cita: Si quieres ser bueno con tus finanzas, debes gastar solo la mitad de tus ingresos; si quieres ser rico, debes gastar un tercio.
Teniendo esto en cuenta, lo primero que debes hacer es revisar tus finanzas en busca de gastos innecesarios. Toda inversión con éxito comienza con la reducción de la deuda. En particular, evita acumular deudas de consumo. Llegados a este punto, puedes renunciar a las tarjetas de crédito con intereses excesivos.
También es aconsejable evaluar los costes y beneficios de las pólizas de seguro existentes. Muchos seguros son completamente innecesarios o muy caros. Puedes ahorrar mucho dinero cancelando o consiguiendo alternativas más baratas.
Si pagas tus pólizas mensualmente en el futuro, también puedes tener una mejor idea de tus costes. Esto suele costar un poco más que la cuota anual. Es una forma eficaz de asegurarse de que no te saltas los pagos y de evitar recordatorios o multas.
Consejo 2: Analiza tus operaciones de facturación.
Haz un seguimiento de tus ingresos y gastos mensuales. Hay muchas aplicaciones o programas útiles disponibles hoy en día para ayudarte a hacerlo. Puedes ver rápidamente qué gastos son completamente innecesarios o pueden reducirse. Llevar un libro de contabilidad puede ser útil. Puedes descargar una plantilla gratuita de libro de presupuestos en Excel aquí.
Cuando se trata de ahorrar dinero, hay que ser inteligente. Una gasolinera más barata a 10 km de distancia no tiene ningún valor si no puedes utilizar los pocos minutos que te has ahorrado en gasolina debido a que el viaje es más largo. En cambio, céntrate en los verdaderos «comedores de dinero». Comparar los precios de la electricidad suele ser más eficaz que comparar los precios de la gasolina.
Consejo 3: Desarrolla un presupuesto mensual
Al elaborar un presupuesto mensual, divides tus gastos en una parte fija y otra variable. Restando esto de tus ingresos, obtienes tu tasa de ahorro mensual. Esta es la cantidad que puedes invertir cada mes para aumentar tu riqueza.
Elige con cuidado tu ahorro mensual: debes ser capaz de reservar esta cantidad a largo plazo y cada mes sin que afecte drásticamente a tu calidad de vida. Cuanto antes empieces a ahorrar, más rápido se beneficiará tu inversión del efecto compuesto.
Consejo 4: Aprovecha las deudas
Si se utiliza correctamente, la deuda puede utilizarse en tu beneficio. Esto no significa que debas pedir un crédito al consumo o endeudarte si los altos tipos de interés solamente te ponen en desventaja.
¿Cuándo es útil la deuda?
- Los beneficios posteriores compensarán con creces los gastos de intereses: pedir un préstamo para estudios es un buen ejemplo. Al estudiar, estás invirtiendo en tu capital humano y mejorando tus posibilidades de ganar un salario más alto en el futuro.
- Gestión de la deuda: si tienes una deuda para financiar una vivienda, tendrás que hacer pagos mensuales. A diferencia de la compra con dinero propio, se requiere disciplina en el ahorro.
- Deuda por la que puedes deducir los intereses como gasto: Si inviertes en una propiedad que no utilizas, puedes ahorrar en impuestos. En este caso, tiene sentido endeudarse, ya que los intereses son deducibles fiscalmente.
Consejo 5: Estructura tus ahorros
Si tienes ahorros, el siguiente paso es estructurarlos. Para ello, divide tus ahorros en al menos tres partes:
A corto plazo (0-2 años)
Esta parte debe incluir de dos a tres mensualidades y servir de red de seguridad para gastos imprevistos (reparación de la ropa, etc.). El dinero debe estar fácilmente disponible y puede colocarse en una cuenta diaria o en fondos del mercado monetario a corto plazo. No es adecuado para inversiones a largo plazo, como las acciones.
A medio plazo (2-5 años)
Esta parte está disponible para financiar proyectos y compras para los próximos años. Algunos ejemplos son la compra de un coche nuevo o un viaje largo. Los valores a medio plazo, como los bonos, son adecuados para la inversión. Para esta parte no se recomiendan las acciones o los fondos de renta variable.
A largo plazo (>5 años)
Esta sección se destina a la creación de riqueza y puede invertirse en valores a largo plazo, como acciones, fondos de inversión, ETF, bonos, materias primas o bienes inmuebles.
La ventaja es que si estas inversiones pierden valor a corto plazo, no tienes que venderlas a toda prisa para conseguir dinero rápido. En el caso de las inversiones a largo plazo, tienes que invertir la misma cantidad cada mes para beneficiarte del efecto del control de costes.
Consejo 6: Aprovecha las innovaciones del mundo financiero
El sector financiero está siendo transformado por una serie de nuevas empresas tecnológicas, las llamadas FinTechs. La característica principal de estas empresas es que están haciendo que entidades como tu banco o tu asesor financiero sean redundantes.
Toma un ejemplo:
Hasta hoy, el proceso de préstamo clásico era el siguiente: un ahorrador pone su dinero en el banco y recibe un 1% de interés. El banco vuelve a prestar el dinero, gana un 7% de interés y tiene un 6% de margen de beneficio. Hoy en día, existen varias plataformas de préstamos entre iguales o P2P que permiten prescindir de los bancos. Así, como inversor (prestamista) puedes beneficiarte de tipos de interés más altos, mientras que el prestatario recibe un tipo de interés más bajo de su banco.
Una de las innovaciones más antiguas en este ámbito es la banca electrónica. Tramitar un pedido en línea es mucho más barato que hacerlo por teléfono.
También puedes ahorrar dinero invirtiendo en ETFs, que son fondos indexados de gestión pasiva que siguen un índice, como el DAX. A diferencia de los fondos de gestión activa, los ETF tienen comisiones muy bajas.
Consejo 7: Cuidado con los impuestos
Puedes pensar en los impuestos simplemente como un coste que reduce la rentabilidad. El objetivo es mantenerlos los más bajos posibles.
La optimización legal puede ahorrar muchos impuestos. Si inviertes en un inmueble que no es de tu propiedad, puedes deducir de tus impuestos los costes de renovación o los pagos de intereses.
Algunos productos financieros también ofrecen ventajas fiscales, como los planes de pensiones de empresa o los seguros de vida.
No es recomendable que inviertas solamente para ahorrar impuestos, porque en este caso el beneficio fiscal suele ser únicamente un argumento de venta y hay grandes costes detrás de esos productos. Esto suele ocurrir, por ejemplo, con los seguros de vida (o, peor aún, con los seguros de vida vinculados a unidades).
La optimización fiscal puede ser un efecto secundario deseable, pero nunca la razón principal para invertir.
Consejo 8: Invierte en ti mismo
Nunca dejes de aprender cosas nuevas o de conocer nuevos temas. Por eso la ciencia ha acuñado el término «capital humano».
En pocas palabras, el capital humano es la suma de tus conocimientos y habilidades. El capital humano puede calcularse aproximadamente sumando todas las fuentes de ingresos futuros. Al invertir en ti mismo, aumentas estos flujos de efectivo.
Aquí tienes dos ejemplos:
- Educación: los datos demuestran que los licenciados universitarios ganan sueldos más altos de media que los no licenciados. Por tanto, invertir en educación puede aumentar el capital humano. Por supuesto, esto no es cierto para todos los sectores y debe evaluarse cuidadosamente de antemano.
- Invertir en educación financiera: los buenos libros y los seminarios financieros son caros y el tiempo invertido en educación financiera únicamente da resultados a largo plazo. Pero invertir en tu propia educación financiera te ayudará a evitar costosos errores y a construir tu riqueza financiera de forma inteligente y constante.
En este sentido, «cómo hacerse rico» no es solo una cuestión de riqueza material, sino también de buena educación, capacidad mental y salud física.
Por lo tanto, también debes centrarte en mantener tu forma física y mental y ampliar constantemente tus horizontes.
Consejo 9: Disfruta de tu vida
Los consejos financieros que aquí se presentan no deben utilizarse por sí mismos, ni deben limitarte dolorosamente en tu gestión diaria del dinero.
En cambio, deberían ayudarte a acercarte a la libertad financiera y, por tanto, a tu objetivo de «hacerte rico». Cuanto más dinero tengas, más libertad de elección tendrás. No te olvides de disfrutar de los frutos de la construcción de la riqueza.
Por ejemplo, cada mes puedes poner dinero en una «cuenta de ocio» para tener suficiente dinero para los viajes y actividades que te gustan.
Consejo 10: Deja que los demás también disfruten
Los países industrializados occidentales lo hacemos muy bien según los estándares internacionales. Tenemos suficientes alimentos para comer, un techo sobre nuestras cabezas, buena educación, tecnología avanzada, acceso a un sistema bancario desarrollado y mercados financieros abiertos donde podemos invertir libremente.
Ningún otro ser humano en la tierra tiene estas ventajas. No pueden permitirse preocuparse por la cuestión de «cómo hacerse rico».
Así que piensa en estas personas y haz donaciones periódicas a organizaciones benéficas que creas que pueden ayudar.